viernes, 4 de noviembre de 2016

EL COLEGIO IBN GABIROL VUELVE A CÓRDOBA.

Pues sí, ayer día 3 de noviembre, cuando se citaba a los participantes cordobeses en el proyecto "Vivir y Sentir el Patrimonio", nuestro instituto recibía al alumnado del colegio madrileño Ibn Gabirol, uno de los pocos colegios judíos de España. La primera vez que nos visitó fue en 2008.
Como dice Jorge, otro alumno de 4º, se lo pasó bien, pero no fue una experiencia vital. No queríamos una experiencia vital, solo que el alumnado de dos centros educativos, con dos culturas diferentes -o no tanto- se conocieran un poco. Como escribe Paco García, el Director del IES Rafael de la Hoz, preparando la Córdoba de las Tres Culturas.



Aprovechando la visita de Cecilia Levit con el profesorado y alumnado del Colegio Ibn Gabirol de Madrid, estamos preparando el conocimiento de las Tres Culturas.


Los objetivos que nos mueven son claros, como figura en el escrito que enviamos a parte del alumnado participante:

"Cuando este instituto inició su marcha, con el nombre de “Nuevo Condesa”, se puso en marcha el proyecto “Patrimonitos”. Centenares de alumnos, muchos de ellos ya, licenciados o graduados universitarios, pasaron por ese programa. El objetivo era, y sigue siendo, muy simple: Conocer para proteger, o “sembrar para recoger”. Consistía en conocer nuestro patrimonio, heredado de la mano de nuestros antepasados, estudiarlo de manera lúdica, para transmitirlo y protegerlo. Quien conoce lo recibido por nuestros padres, lo transmite a sus hijos.
Hubo un tiempo que este proyecto “emigró” a otros lugares. Ahora ha vuelto a implantarse en el centro. Antes éramos minoría, ahora parece que la propia Consejería de Educación ha calcado nuestros antiguos proyectos, como “Vivir y sentir el Patrimonio” -donde estaban Patrimonitos y Jóvenes Embajadores por el Patrimonio- y, ahora, nosotros caminamos bajo ese paraguas. Al menos nos queda el orgullo de saber que nosotros, ese viejo pero Nuevo Condesa, ahora Rafael de la Hoz, iniciamos un camino extendido por toda Andalucía. Aún quedan hermanos de los pioneros en el proyecto, como alumnado de nuestro IES.
Paulatinamente vuelve. Y, dentro de esa inserción, tenemos el día 3 de noviembre la visita de un centro educativo que ya lo hizo hace diez años, el Colegio Ibn Gabirol de Madrid.
Nuestras raíces: la realidad andaluza de 2016 es resultado de “la esponja que absorbe todas las culturas que han pasado por aquí”, como lo definió en su momento nuestro querido Antonio Gala. Tenemos la enorme fortuna de contar en nuestro centro con la exposición conjunta de “Fiestas y Tradiciones”, la judía, la musulmana y la cristiana. Ese crisol de culturas que ha sido nuestra Andalucía, ha forjado el metal de los “hombres de luz que a los hombres, alma de hombres le dimos” como figura en la letra del himno de Andalucía, autoría del padre de nuestra patria, Blas Infante, que continúa “para España y la Humanidad”, en una actual época turbulenta.
Pues no solo contamos con esa exposición, sino que, por primera vez -y esperamos que no sea la única-, vamos a tener la fortuna de contar cómo personas de esas actuales tres culturas actuales nos explican sus fiestas y tradiciones"
Comenzará la judía, que, coincide con su orden cronológico. Como bien destaca María José Muñoz, directora del Museo Diocesano de Córdoba, con la cultura judía tenemos más concomitancias que divergencias. Cierto es que nuestra relación ha sido muy traumática, e incluso la propia Iglesia Católica ha pedido perdón por la persecución a judíos y a conversos -Inquisición-. Incluso la autoridad política ha hecho lo mismo, al conceder la ciudadanía española a los judíos sefardíes -aquellos que se vieron obligados a abandonar “Sefarad” o “España”, y que mantienen el “ladino” o castellano antiguo como lengua. Del mismo modo, con tiempo, esperemos que se pueda solucionar el problema de la convivencia allá donde surgió el judaísmo, pues musulmanes y judíos tienen un mismo origen -semitas-, y la convivencia es mejor que la divergencia.
A continuación le corresponderá al mundo musulmán. No podemos identificar religión con terrorismo. Córdoba, la Qurtuba musulmana o la Córdoba cristiana, tiene como lema “la de las tres culturas”. Quedémonos con la parte positiva, la de esa convivencia en paz, mas utópica que real, pero aparquemos lo negativo. Córdoba fue musulmana durante más de cinco siglos, aquella Qurtuba de la que nos queda la Mezquita, orgullo de todo cordobés.
Y finalmente la cristiana, nuestro fundamento. El cristianismo y la romanización envuelven ese legado que integra a lo judío y lo musulmán. Córdoba debe ser referente de tolerancia, de paz. Y las religiones, nuestro basamento cultural, son, en origen, religiones de paz. Y ese modelo debe ser nuestro faro. Para no creyentes y creyentes, sea cual sea la religión que tenga, nuestra Tierra debe ser un espacio de paz, herencia de ese mundo cristiano, que todavía pervive en nuestra cultura, tradiciones y vida diaria. Que sí, que la Historia demuestra lo opuesto, pero si queremos un futuro en paz debemos luchar por la misma. Y por el recuerdo -positivo- de nuestro pasado. Olvidar la herencia de nuestros padres es llegar a la amnesia, al empobrecimiento vil de nuestras vidas
Con este proyecto queremos volver a retomar esa idea, esa defensa de nuestra Historia, como lo son LOS PATRIMONITOS Y LOS JÓVENES EMBAJADORES POR EL PATRIMONIO.
Reiteramos, la primera piedra en este nuevo edificio será puesta por el Colegio Ibn Gabirol el día 3 de noviembre, con la presentación de sus costumbres y cultura ante el alumnado de nuestro centro
De 14 a 15 horas participará todo el alumnado de nuestro centro -si lo estima su profesorado-, aunque en mayor medida el alumnado de los dos 4 de ESO y el alumnado de 3º de PMAR -incluso esos grupos tendrán una pequeña convivencia hasta las 16 horas con el alumnado del Ibn Gabirol-. Luego, más adelante llegarán el resto de los participantes, y vuestro alumnado, con el tiempo, será capaz de transmitir la esencia o el alma de nuestra ciudad, crisol de culturas, Patrimonio de la Humanidad"
Pues bien, el día 3 de noviembre, poco después de las 14 horas, la amplia representación del Colegio Ibn Gabirol acudió a nuestro centro. Poco más de media hora, evidentemente sin intención ser una experiencia vital, pero sí como intercambio y conocimiento de otra realidad, otra cultura.

Ahí, el pequeño judío sefardí venezolano, israelí y tramitando la nacionalidad española

Es una pena que solo fuera una hora y media, pues si el tiempo hubiera sido mayor podrían haber explicado más sus orígenes: la mayoría son judíos sefardíes, herederos de los que en 1492 se vieron forzados a abandonar "Sefarad", esa España que llevan en el corazón hasta el punto de mantener aquella lengua hablada en tiempos de los Reyes Católicos, el castellano antiguo, su "ladino". Ahora, por fin, han conseguido la posibilidad de poseer la nacionalidad española. Uno de los niños, de origen venezolano, con nacionalidad israelí y tramitando la nacionalidad española, me lo contó. Fue de los primeros que comenzó a bailar, y que luego jugó al fútbol unos pocos minutos.
No, no fue una experiencia vital, como ha comentado Jorge, ni se pretendía. Solo un pequeño intercambio, del que salieron contactos y el deseo de conocer su centro educativo en Madrid. 

Esta historia continuará con el conocimiento del mundo musulmán y del cristiano. Ya estamos preparando la visita de la comunidad ahmadía del Islam en España, ahí está Manolo López -orientador, motivador, padre y confesor del alumnado- liado con el tema-, y cómo no, nuestras raíces cristianas - Vicky, la profesora de religión católica, está en el tema. Es doloroso ver cómo nuestras raíces culturales se pierden. Porque aquí no hablamos de adoctrinamiento, sino de conocimiento para evitar el des-conocimiento.
Ya el alumnado ha vuelto a Madrid. Al final se alojaron en el albergue de Espiel, ¡porque el albergue juvenil de la Junta de Andalucía no admitió que pudieran usar su comida kósher!. ¡Increíble!


Un pequeño momento de conocimiento, no se pretendía una experiencia vital. Y, lo más doloroso, no pudimos informar con más antelación de la visita por motivos de seguridad. ¡Son niños! ¡No son mayores enanos! Ellos no tienen la culpa. Ni ellos, ni los niños palestinos, ni los niños alemanes de la época de Hitler, ni los niños cristianos de los pogromos  como el de 1391, ni los niños de la época de los Reyes Católicos. 
Sigo siendo partidario de la paz. Y se consigue convenciendo solo a 7.600 millones de personas. Y se debe comenzar por la juventud, futuros gobernantes. 



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